“Inestabilidad emocional, menstruación y menopausia”
“Que si me pongo irritable antes de la menstruación?” , “Doctor, aquí le traigo a mi mujer. Buena, tranquila, contenta, pero de repente le vienen sus días y se pone como loca, no me la puede arreglar”, “No quiero saber de nada, y nada me interesa. Lo único que deseo es terminar con todo…”, “Estoy que ya ni me aguanto”…
Frases habituales, conocidas y reiteradas en mujeres menstruantes o menopáusicas. El síndrome pre-menstrual es ampliamente conocido y sus síntomas pueden continuar aun después de interrumpirse los ciclos menstruales. Cólicos, molestias en la cintura, cadera, dolor e hipersensibilidad. Según la Dra. Christine Northrup, médica estadounidense, fundadora de un centro integrado por ella misma, psicólogas, antropólogas y sociólogas, la cultura considera molestos, asquerosos o dolorosos lo relacionado con los aspectos reproductivos en la mujer. La menstruación, vinculada con la creación de la vida, se valora como una maldición en culturas como la nuestra, y, según Northrup, son más bien momentos de sumo poder femenino.
Para la Dra. Northrup, los cambios durante el ciclo menstrual tienen que ver con la expresión de emociones reprimidas que suelen ridiculizar las mismas mujeres cuando dicen: “no me hagas caso… estoy en mis días” y son ellas las primeras en no querer tomar en cuenta esas señales llegando a pedir perdón por sentir esas emociones. Las mujeres suelen no atender su propia vida, debido al estrés contenido por el enojo, la impotencia en las relaciones, y situaciones de trabajo.
En el primer período del ciclo menstrual, en la fase folicular, la mujer suele sentirse llena de inspiración, actividad y de disposición a vincularse con el mundo externo. Es el momento de llevar a cabo nuevos proyectos. La creatividad femenina está en su apogeo durante la ovulación. Una vez producida ésta, empieza otra fase que se corresponde con la segunda mitad del ciclo, en la cual existe necesidad de interiorización, de evaluación, de reflexión. Esta etapa es más pasiva e incita a tomar las cosas con más calma. En esta fase, la mujer se prepara a desarrollar o dar a luz algo que interiorizó previamente.
Lo que la cultura no respetaría y,por el contrario maldice, es aquello que tiene que ver con el mismo ciclo, ya que se debería lucir, trabajar, ser eficientes y productivas al 100% como siempre. Por eso en este segundo perìodo, todo lo que no funcionó anteriormente surge de tal manera que el cuerpo ofrece la oportunidad de hacer cambios. Así que los malestares del perìodo pre-menstrual tienen siempre su base real. No son invenciones que nada tienen que ver con las mismas mujeres. Surgen de de lo más profundo del ser porque no son escuchados. Cuando se hace caso omiso de ese llamado, la información reprimida no tiene otra posibilidad de transformarse en síntomas o en SPM.
Sintetizando, la creatividad de la mujer es cíclica y esto es lo que la cultura actual, lineal y masculina, no comprende. Y, como consecuencia, se presentan síntomas como manifestación de ello.
Es aquí justamente donde las Esencias Florales resultan sumamente apropiadas, ya que actúan tanto a nivel emocional,. Como biológico. Su principal beneficio es ayudar a la mujer a reconocer sus propias necesidades, deseos y proyectos, así como a conectarse con ella misma y recuperar su propia sabiduría.
En el caso de la menopausia, si antes de producirse, la vida y conducta de la mujer se enfocó en el cuidado de otros, ahora, a través de las variaciones hormonales propias de esta etapa, tendría la oportunidad de conectarse con sus pasiones y necesidades, viviéndola como momento de interiorización y reflexión. Si se niega a sí misma esta posibilidad, “porque lo que siento es feo y no conviene sentirlo para no molestar a los demás”, los cambios emocionales se profundizarán y se transformarán en irritabilidad, enojo, o sensación de volverse loca.
Desde ya, los Remedios Florales también están indicados en estas etapas, colaborando con la conversión de la creatividad femenina antes depositada en la reproducción biológica, en nuevos proyectos y realizaciones en lo laboral, profesional, artístico, social, etc.
Tanto en un caso como en el otro, se trata de promover la salud, lo que redunda, en definitiva, en beneficio de todos.
“Que si me pongo irritable antes de la menstruación?” , “Doctor, aquí le traigo a mi mujer. Buena, tranquila, contenta, pero de repente le vienen sus días y se pone como loca, no me la puede arreglar”, “No quiero saber de nada, y nada me interesa. Lo único que deseo es terminar con todo…”, “Estoy que ya ni me aguanto”…
Frases habituales, conocidas y reiteradas en mujeres menstruantes o menopáusicas. El síndrome pre-menstrual es ampliamente conocido y sus síntomas pueden continuar aun después de interrumpirse los ciclos menstruales. Cólicos, molestias en la cintura, cadera, dolor e hipersensibilidad. Según la Dra. Christine Northrup, médica estadounidense, fundadora de un centro integrado por ella misma, psicólogas, antropólogas y sociólogas, la cultura considera molestos, asquerosos o dolorosos lo relacionado con los aspectos reproductivos en la mujer. La menstruación, vinculada con la creación de la vida, se valora como una maldición en culturas como la nuestra, y, según Northrup, son más bien momentos de sumo poder femenino.
Para la Dra. Northrup, los cambios durante el ciclo menstrual tienen que ver con la expresión de emociones reprimidas que suelen ridiculizar las mismas mujeres cuando dicen: “no me hagas caso… estoy en mis días” y son ellas las primeras en no querer tomar en cuenta esas señales llegando a pedir perdón por sentir esas emociones. Las mujeres suelen no atender su propia vida, debido al estrés contenido por el enojo, la impotencia en las relaciones, y situaciones de trabajo.
En el primer período del ciclo menstrual, en la fase folicular, la mujer suele sentirse llena de inspiración, actividad y de disposición a vincularse con el mundo externo. Es el momento de llevar a cabo nuevos proyectos. La creatividad femenina está en su apogeo durante la ovulación. Una vez producida ésta, empieza otra fase que se corresponde con la segunda mitad del ciclo, en la cual existe necesidad de interiorización, de evaluación, de reflexión. Esta etapa es más pasiva e incita a tomar las cosas con más calma. En esta fase, la mujer se prepara a desarrollar o dar a luz algo que interiorizó previamente.
Lo que la cultura no respetaría y,por el contrario maldice, es aquello que tiene que ver con el mismo ciclo, ya que se debería lucir, trabajar, ser eficientes y productivas al 100% como siempre. Por eso en este segundo perìodo, todo lo que no funcionó anteriormente surge de tal manera que el cuerpo ofrece la oportunidad de hacer cambios. Así que los malestares del perìodo pre-menstrual tienen siempre su base real. No son invenciones que nada tienen que ver con las mismas mujeres. Surgen de de lo más profundo del ser porque no son escuchados. Cuando se hace caso omiso de ese llamado, la información reprimida no tiene otra posibilidad de transformarse en síntomas o en SPM.
Sintetizando, la creatividad de la mujer es cíclica y esto es lo que la cultura actual, lineal y masculina, no comprende. Y, como consecuencia, se presentan síntomas como manifestación de ello.
Es aquí justamente donde las Esencias Florales resultan sumamente apropiadas, ya que actúan tanto a nivel emocional,. Como biológico. Su principal beneficio es ayudar a la mujer a reconocer sus propias necesidades, deseos y proyectos, así como a conectarse con ella misma y recuperar su propia sabiduría.
En el caso de la menopausia, si antes de producirse, la vida y conducta de la mujer se enfocó en el cuidado de otros, ahora, a través de las variaciones hormonales propias de esta etapa, tendría la oportunidad de conectarse con sus pasiones y necesidades, viviéndola como momento de interiorización y reflexión. Si se niega a sí misma esta posibilidad, “porque lo que siento es feo y no conviene sentirlo para no molestar a los demás”, los cambios emocionales se profundizarán y se transformarán en irritabilidad, enojo, o sensación de volverse loca.
Desde ya, los Remedios Florales también están indicados en estas etapas, colaborando con la conversión de la creatividad femenina antes depositada en la reproducción biológica, en nuevos proyectos y realizaciones en lo laboral, profesional, artístico, social, etc.
Tanto en un caso como en el otro, se trata de promover la salud, lo que redunda, en definitiva, en beneficio de todos.
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